Sonreír: concepto que todos tenemos el derecho de hacerlo, y sobre todo, conservarlo. Se define como el acto reflejo que hacemos cuando estamos hablando con la persona que amamos.
¿Me entendéis ahora? Es que sonrío, me rió a carcajadas y hasta salto, salto de emoción, de alegría, de pura adrenalina. Porque hemos vuelto a recordar lo que un día vivimos, juntos. Y ha sido increíble, otra vez. Hemos cogido un pase VIP hacia el pasado, y ha sido.. como antes, felicidad en todos los lados. ¿Sabéis en lo que he pensado en ese viaje? Que no pensaba salir del pasado, sin él. Me niego, absolutamente me niego. No es que estemos destinados a tener una historia que, si algún día la expresamos en un libro sería un Best-Seller, sino que estamos unidos los dos, y sabemos que esta historia no puede terminar porque la sentenciamos como ''infinita'' y cuando se hace una promesa, da igual lo que ocurra después, nunca se va a romper.
Nos entregamos las vidas como si fuésemos unos niños entregando nuestro juguete favorito a otra persona, en la que confía y sabe que nunca lo estropeará, y si lo hace, sabrá como arreglarlo. Te quiero, y te quiero como nunca he querido a nadie, y puede que como nunca quiera.
Hagamos de esto, una realidad. Nuestros sueños realidad. Nuestras metas. Pero solo pido una cosa... que lo hagamos juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario